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Una experiencia realmente valiosa

En mi búsqueda constante de querer ser cada día un mejor ser humano, sentí el deseo intenso, desde lo más profundo de mí ser, hacer un voluntariado, no cualquiera, desee hacerlo a nivel internacional, y así también podría medir mi capacidad y voluntad para vivir sola en un país completamente nuevo del que no habría probado ni su comida.

Justamente en esta pesquisa encontré a Hola Ghana, con la que sentí de inmediato una conexión total, por lo que, sin dudarlo, empecé el proceso con ellos, que además resultó fácil y sencillo, mi entrevista con Oscar fue el inicio de mi nueva aventura.

Un rinconcito en el mundo, increíblemente bello y colorido, llamado San Cristóbal de las Casas en el estado de Chiapas al sur de México, esperaba por mí. Cada día me sentía más segura y emocionada de estar allí, leía sobre la ciudad y los videos que veía de este lugar me confirmaban cada instante la buena decisión que había tomado.

El martes 3 de septiembre puse mis pies en tierras mexicanas, cargada de alegría y expectativas por lo que hoy ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, de la que no me canso de hablar y replicar. Entre los programas de voluntariado, decidí dedicar mi tiempo a la niñez de esa ciudad, sabía que en los niños encontraría la inocencia, el amor, la verdad y la capacidad de asombro que quería inyectarle a mi vida, sería esto un gana gana.

En la medida que pasaban los días, me iba relacionando más con los niños, sintiendo que esa fue mi mejor elección de proyecto. Los niños me enseñaron a mi más de lo que yo les pude haber enseñado a ellos, encontré unos niños maravillosos, inocentes, sensibles, alegres, juguetones, con una carga emocional fuerte en donde sus historias de vida me cautivaron y me llenaron de esperanza para vivir la vida como un espectáculo imperdible, disfrutándola, inspirándola e impactando a otro ser humano siempre en positivo.

En mi estadía en casa de los voluntarios conocí también personas maravillosas que me hicieron sentir realmente feliz, agradecida y afortunada. Estar allí compartiendo con personas de diferentes lugares del mundo Africa, España, Alemania, México, me sirvió para comprender que aunque somos de diferentes culturas, creencias, costumbres nos une el deseo de nuestro corazón por “Servir a otro Ser Humano” dando lo mejor de sí en cada momento vivido.

Todo esto hizo mi voluntariado una experiencia realmente valiosa que sin duda alguna repetiría y recomendaría una y otra vez. Terminada la estadía en “sancris” como cariñosamente se le llama a esa ciudad, sentí una nostalgia inmensa al saber que ya había terminado tan fantástica y grandiosa aventura, estaba enredada en una montaña rusa de emociones al dejar todo atrás y tener que desapegarme hasta de lo mejor de mi vida, porque todo pasa y solo queda la experiencia y el crecimiento personal que dejan estas vivencias, y esto hizo parte de mi vida, de ahora en adelante la recuerdo y la cuento siempre con el cariño y el agradecimiento que se merece tener en mi corazón una experiencia tan gratificante como esta.

Finalmente, la invitación que les quiero dejar es que se den la oportunidad de vivir la experiencia de realizar un voluntariado, es indescriptible todo lo que se puede aprender a nivel personal y todo lo que se puede aportar en ello.

Con cariño, ADRIANA...

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