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I just want a friendly talk

Si tenemos en cuenta la forma normal de medir el tiempo, solo estuve en la India un mes. Si medimos la vida de otra forma como por ejemplo en experiencias mi estancia en la India fue mucho más larga.


Me ocurrieron cientos de cosas que nunca antes me habían podido ocurrir, experiencias que puedes recordar con una sonrisa en la boca como cuando una de las miles de vacas que hay por la calle trató de entrar en casa a por comida y una amable mujer india (posiblemente con más experiencia que yo en estas situaciones) apareció y nos salvó a mí y algún otro voluntario de una situación cuanto menos peculiar.


También hubo alguna experiencia más amarga, en una de mis tardes en Jenani home (el orfanato de niñas en el que trabajaba) una niña se torció el tobillo, la encargada de la casa(supongo que con pocos conocimientos de medicina más que la propia experiencia) la cogió el pie y empezó a masajearlo con todas sus fuerzas a la vez que aplicaba agua caliente. La niña que tuvo que ser agarrada por varias de sus amigas/hermanas no paraba de gritar y llorar de dolor. Impotente ante la situación lo único que pude hacer cuando la mujer termino con ella,fue cogerla en brazos y subirla a la habitación donde, aunque fue difícil, consiguió calmarse y dormirse. Pese a esto puedo decir que trabajar en esta casa fue muy gratificante, pasaba cada tarde allí y nunca llegue a aburrirme o a plantearme no ir.


Podría contar cientos de experiencias más (aunque necesitaría demasiadas hojas), creo que todas ellas positivas de alguna manera para mí. Como cuando estaba en la playa leyendo un libro a solas y un indio de unos 29 años se acercó a mí y me dijo: “I just want a friendly talk”. Y así pasamos la tarde hablando de su vida, de la mía, de su país y del mío y me hizo prometer que si alguna vez escribía un artículo sobre mi viaje escribiría lo que él allí me dijo: que en la india los jóvenes no tienen ninguna libertad, que no pueden expresar sus sentimientos porque en la mayoría de los casos, como en el de este joven, deben estar sometidos a la voluntad delos padres en todo momento.


Hice amigos de muchos países la mayoría indios aunque también compartía el tiempo con otros voluntarios, conduje una moto por la India que aunque parezca imposible te acabas acostumbrando al tráfico de allí y gracias a eso pude conocer innumerables lugares ninguno igual al anterior, comí cosas que jamás antes había probado y hasta me aficione al picante.


Creo que aunque solo fue un mes, la gran cantidad de vivencias que experimentas y personas que conoces hacen que para ti sea mucho más tiempo. Gracias a eso conseguí sentirme en Pondicherry como en mi nueva casa.


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